jueves, 8 de diciembre de 2016

Construyendo una legitimación participativa desde el Derecho.
Por: Criado Rubio, David.


Índice

1. ¿Cómo puede el Derecho contribuir a legitimar el sistema social y político de una sociedad mediante la participación ciudadana?.
2. ¿Cuáles son los cauces actuales de participación ciudadana?.
3. ¿Por qué se perciben como insuficientes?.
4. ¿Cómo podrían ampliarse estos cauces, de forma que la participación aumentara y, con ello, el sistema fuera legitimado por esta vía?.
5. ¿Qué elementos del subsistema jurídico podrían tenerse en cuenta: leyes, códigos, profesionales, instituciones,…?.
6. Bibliografía.


  1. 1.      ¿Cómo puede el Derecho contribuir a legitimar el sistema social y político de una sociedad mediante la participación ciudadana?.

      Uno de los temas más frecuentes del derecho público, es el derecho a la participación de los ciudadanos en política, es decir, su intervención en las decisiones de carácter público. No podemos hablar de sistema social y político democrático, si el ordenamiento jurídico no garantiza la participación del ciudadano en los asuntos públicos, ya que una democracia, supone la participación ciudadana en estos asuntos y los relacionados con el poder. Además, los gobernantes de este sistema han de satisfacer las demandas sociales, lo que confirma la necesidad de participación popular.
      Se habla de participación, cuando el hombre tiene una serie de necesidades y aspiraciones que desea satisfacer, y la manera de hacerlo, es buscar solución mediante dicha participación. Podemos encontrar dos tipos de participación: la popular y la política. Por un lado, la popular hace referencia a la participación del pueblo en los diferentes ámbitos de la vida social. Por otro lado, la política ha de ser entendida desde un ámbito jurídico, como un derecho político del ciudadano, suponiendo la involucración de éste en la elección de representantes y en la toma de decisiones públicas. La participación ciudadana, puede darse entonces de forma directa, refiriéndonos en este caso a las elecciones o a las consultas; o de forma indirecta, a través de los representantes.
      Como se ha mencionado, el proceso de toma de decisiones, tiene el objetivo  de satisfacer alguna necesidad o problema ante el que se encuentre el ciudadano, el cual, participa en dicho proceso. De esta manera, se establecen relaciones entre las instituciones encargadas de satisfacer las necesidades, y los ciudadanos, generando así derechos y obligaciones para ambas partes.
      Para conseguir dicha satisfacción, las instituciones del poder, siguen un determinado proceso: identificar el problema, buscar diversas soluciones, seleccionar la más adecuada, ejecutarla y supervisarla. El final de este proceso, es a lo que llamamos decisiones públicas. Así, se verifica que un buen sistema político dependa fundamentalmente de la participación ciudadana en los asuntos públicos. 
      El hecho de que los ciudadanos puedan intervenir en la toma de decisiones, supone la adopción de decisiones con un mayor carácter popular, puesto que se derivan directamente de la voluntad de los ciudadanos; mayor compromiso político del ciudadano con el resto de individuos;  mayor colaboración para su la consecución y ejecución de la decisión tomada, puesto que los individuos son partícipes y no meros receptores de la misma; mayor desarrollo de la comunidad debido a la mejora de las posibilidades de la misma, generadas por ésta y no impuestas desde fuera, desarrollando así nuevas iniciativas, ideas, etc.; menor riesgo de que la comunidad se vea perjudicada; mayor legitimidad, credibilidad, fiabilidad y garantías del poder y del carácter democrático del sistema político.
      En suma, el Derecho en un sistema democrático, debe generar una serie de relaciones jurídico-políticas con los ciudadanos con el objetivo de garantizar la participación de éstos en los asuntos públicos y en la toma de decisiones. Para ello, es necesario que la propia Constitución sea la que reconozca éste derecho a los ciudadanos. De esta manera, el ordenamiento jurídico, se encuentra sometido y obligado a facilitar todos los medios posibles a los ciudadanos para que éstos puedan llevar a cabo sus derechos y así satisfacer sus necesidades, siempre dentro de un marco legal y con una serie de limitaciones.

  1. 2.      ¿Cuáles son los cauces actuales de participación ciudadana?

      Primero, empecemos diciendo que la democracia es una modalidad de gobierno y de organización de un Estado, en la que, por medio de mecanismos de participación directa o indirecta el pueblo selecciona a sus representantes. Ésta no consiste sólo en votar para elegir a los representantes, sino que tiene que desarrollar una participación constante de los ciudadanos con el Estado. La democracia, como sistema político y sistema de vida, es un método que nos permite disfrutar socialmente de nuestros intereses sin recurrir al uso de la fuerza o la coerción, por lo que puede que el proceso democrático sea el mejor medio para promover la justicia y acabar con los favoritismos, abusos y privilegios. Por este motivo, es importante tener en cuenta el hecho de que la participación ciudadana no sólo reside en el voto, sino que existen distintas modalidades que le dan vida a un Estado. Solemos entender la participación cuando esta va referida a la intervención de los ciudadanos en las actividades públicas, aunque realmente es la que se produce como un acto voluntario de un individuo a favor de una acción colectiva, por lo que supone la combinación entre un ambiente político democrático y una voluntad individual de participar.
      Actualmente en España existe una democracia, la cual es entendida como un sistema que permite organizar a un conjunto de individuos, en el cual el poder no radica en una sola persona sino que se distribuye entre todos los ciudadanos. En consecuencia, las decisiones se toman según la opinión de la mayoría.
      La participación ciudadana es uno de los aspectos más importantes que debemos destacar de la democracia. Las formas de hacerlo van desde el acto mismo del ciudadano en ejercer sus derechos, hasta la competencia política por el poder de la nación o Estado. Cabe destacar queno todos los ciudadanos están interesados en ser presidente, pero como mínimo debería conocer y ejercer sus derechos y obligaciones. Comocaracterísticas de la participación podemos mencionar que no es estática, sino que tiene una connotación dinámica de constante intervención en la vida de grupo. Además, también es continua y debe ser cultivada.Entre sus principales objetivos, la participación es educativa, un medio para utilizar los conocimientos individuales a favor de los demás. Fortalece la democracia, ya que sin ella ésta queda vacía, y desarrolla la solidaridad dando lugar a un sentimiento responsabilidad social. También se trata de una forma de reconocer la realidad y determinar en la dirección en que ésta se quiere transformar. Y por ultimo,incrementa el sentido de pertenencia a la sociedad, facilitando que las decisiones colectivas sean más fáciles para todos. Cabe destacar que también posee una función simbólica o instrumental, tomando en cuenta las distintas formas de aportación individual a las tareas de la organización, o verbal y no verbal.
       Por otro lado, la participación es indispensable para integrar la representación de las sociedades democráticas a través de los votos, convirtiéndose en el medio privilegiado de la llamada sociedad civil para hacerse presente en la toma de decisiones políticas. Existen cuatro formas de participación política de los ciudadanos, siendo la primera el ejercicio del voto, seguida de las actividades realizadas en campañas de algún candidato o partido político, las actividades comunitarias con un fin específico, y las que se derivan de algún conflicto en particular.
      Para finalizar, debemos mencionar que la participación no puede darse sin una distribución desigual de aportaciones individuales, ni puede producir los mismos resultados para quienes deciden participar.

  1. 3.      ¿Por qué se perciben como insuficientes?.

      Por un lado, porque se consideran insuficientes para asegurar que los ciudadanos tengan la oportunidad de ser tomados en cuenta en las decisiones fundamentales del gobierno. Por otro lado, debemos tener en cuenta la escasa confianza que tienen los ciudadanos en el sistema político.
      Es difícil encontrar cauces de participación ciudadana que realmente resulten eficaces principalmente por la falta de información así como el desinterés del pueblo, que se amolda a las leyes y termina cediendo sus derechos al grupo político que gobierna en ese momento. Nuestra participación se encuentra  condicionada por como nos afecta la política directamente. El hecho de que la participación sea cada vez menor implica que los ciudadanos no están decidiendo quién gobierna por ellos mismos, por lo que sus gobernantes se podrían valer del desinterés de las personas para abusar sutilmente de ellas. Esta situación de poca participación contrasta a su vez con la cada vez mayor organización de grupos no gubernamentales y protestas. Además, la mayoría de la población carece de educación para participar porque no hay sistemas eficaces que eduquen “en” y “para” la participación ciudadana.
      Por otro lado, el mercado económico promueve estímulos que no favorecen la participación sino el individualismo y la competitividad. Y las organizaciones e instituciones sociales no consiguen motivar a la mayoría ni hacer atractivas sus propuestas de participación.
      En conclusión, podemos decir que las tres claves para la participación son la motivación, formación y organización.

  1. 4.      ¿Cómo podrían ampliarse estos cauces, de forma que la participación aumentara y, con ello, el sistema fuera legitimado por esta vía?.

      Teniendo en cuenta que, al separar representación política de la participación ciudadana, esta última se bifurca sirviendo, por un lado, para dar origen a los órganos de gobierno, y por otro lado, para influir en ellos y, de esta forma, poder controlarlos, siendo muchas las ocasiones en las que inciden para detenerlos. Podemos observar que, la participación es indispensable tanto para la elección de los representantes políticos, como para intervenir de diversas formas, en la toma de decisiones. De ahí que uno de los cauces más importantes de participación, sea el derecho al sufragio que es, a su vez, la base de la legitimidad de una sociedad democrática, adaptada a las grandes extensiones territoriales y a la gran cantidad de individuos que la componen.
      Actualmente, en España nos encontramos sumergidos en una sociedad, cuyos representantes políticos dejan mucho que desear. Por un lado, podemos observar un claro bipartidismo histórico, que estos últimos años ha sido sometido a un cambio radical, al surgir dos nuevas competencias políticas. Por otro lado, la inmensa cantidad de casos de corrupción que han aflorado, han generado una opinión en la población desfavorable para estos representantes, en concreto, que la clase política hace un mal uso de las instituciones jurídicas, debido a la escasa información que se poseía de estos hechos, la gran cantidad de funcionarios pertenecientes a estas instituciones que los cubrían, a los proyectos sin sentido de reformas de ley de los que obtienen beneficios, y a las pocas consecuencias intimidatorias, represivas y retributivas a las que se somete a estos individuos al ser sancionados (si es que lo son). También podemos hablar de un mal uso de las instituciones económicas, ya que la mala gestión, ha originado una deuda que nos ha llevado de cabeza a una crisis económica que dura ya casi nueve años, y que se la tacha de “mundial” solo por los países que se ven ahogados por la misma, países cuyo sistema jurídico en sus respectivos estados democráticos es similar al nuestro (no olvidemos que el sistema jurídico en los países que forman parte de la Unión Europea es continental). Cabe destacar que, en el momento en el que los ciudadanos sufrieron por un mal uso de éstas y otras instituciones, las decisiones que se han tomado por unos y otros gobiernos, no han favorecido a la población en general, sino que nos han llevado a una recesión y posteriores intentos de rescate. El descontento de la población se hace visible a la hora de ejercer su derecho al sufragio, cambiando la camiseta de color cada vez que nos encontramos cerca de unas elecciones, e incluso se ha producido el surgimiento de nuevos partidos políticos que han roto con el bipartidismo histórico español.
      En conclusión, la pérdida de confianza en los representantes políticos ha hecho menguar la participación de la población a su derecho de sufragio, ya que ninguno da la talla, pero ha aumentado la cantidad y amplitud de las huelgas, ya que estas son vistas por los ciudadanos como la única forma de incidir en las decisiones gubernamentales, la única manera en la se hacen de notar, exigiendo reformas a voz en grito. Por estos motivos, la única forma de ampliar los cauces de participación ciudadana en la toma de decisiones y organización del gobierno, sería ejercer una mayor intimidación, represión y retribución sobre las manzanas podridas que representan a nuestra sociedad democrática, renovar tras cada legislatura a los militantes de los partidos políticos, motivar a la población a ejercer su derecho a sufragio, haciéndoles ver que pueden cambiar las cosas, acabando con los mass media sensacionalistas influenciados por la política y emitir noticias que desvelen la realidad del problema al que nos enfrentamos, pero resaltando también las virtudes de una sociedad democrática, educar con un fuerte sentido de la justicia a las futuras generaciones para que no cometan los mismos errores, reforzar el principio de igualdad ante la ley, y fomentar que las administraciones locales faciliten el acceso a los cauces de participación y ordenarlos de la forma más efectiva posible y abrir la puerta a las Audiencias Publicas para que los ciudadanos expresen su aprobación o desconformidad con los nuevos proyectos de ley, proporcionando a éstos la información necesaria y las motivaciones que exigen su aprobación. De esta manera podría legitimarse el sistema democrático español y recuperar, de los ciudadanos, su confianza en el Derecho.

  1. 5.      ¿Qué elementos del subsistema jurídico podrían tenerse en cuenta: leyes, códigos, profesionales, instituciones,…?.

      Para fomentar la participación ciudadana en la toma decisiones, por un lado, y teniendo en cuenta que actualmente vivimos en la Era de la información, por lo que todo se encuentra informatizado, podrían someterse a referéndum ciertas reformas de ley que no sean aceptadas de forma unánime en el Congreso, aquellas sobre las que se ponga en duda su utilidad o fiabilidad, aunque surgiría el problema del principio de igualdad ante la ley ya que, el voto de quien entiende del tema, sería similar a quien vota influenciado por los medios de comunicación, familiares u amigos, pero sería una manera de legitimar las decisiones de los representantes políticos en el marco de un estado democrático de derecho. Por otro lado, no vendría mal una simplificación de los Códigos en el derecho objetivo, lo que evitaría dilaciones en la ejecución y facilitaría su estudio, lo que motivaría a una gran cantidad de ciudadanos a informarse sobre sus derechos y deberes, procedimientos de actuación y, en general, de una gran cantidad de formalidades necesarias, pero ocultas en inmensos códigos, cuyas meticulosas especificaciones dan lugar a vacíos legales que, en cierta medida deslegitiman la democracia, por un lado por estar todo meticulosamente tecnificado, valga la redundancia, y por otro lado deja muchas variables de un mismo hecho sin legislar.
      Si abordamos el tema de qué se podría tener en cuenta sobre los profesionales e instituciones para fomentar la participación ciudadana y la legitimación del estado social y político, por un lado y, como ya hemos dicho antes, las instituciones podrían facilitar el acceso tanto a la información como a los medios para que “se haga de escuchar la voz del pueblo”, sin tener que recurrir a inmensas y agresivas manifestaciones. Por otro lado, debería de reducirse la incidencia política en el sistema jurídico, y en general, en todos los sistemas, que ejercen un control casi total no solo a través de los ministerios, sino también de los secretarios, lo que se traduce en la desconfianza de los profesionales que realizan una función especifica en estos sectores hacia las instituciones de las que dependen.


  1. 6.      Bibliografía.

      Espinosa, M. (2016). La participación ciudadana como una relación socio-estatal acotada por la concepción de democracia y ciudadanía. Scielo.org.mx. Acceso el 21 Noviembre 2016. De:  http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-00632009000100004.
      LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA DEMOCRACIA. (2016). Ine.mx. Acceso el 21 Noviembre 2016. De: http://www.ine.mx/documentos/DECEYEC/la_participacion_ciudadana_en_la.htm.
      Mirthadelrio, M. (2016). El derecho de participación ciudadana en la toma de decisiones públicas en el ámbito municipal - Monografias.com. Www1.monografias.com. Acceso el 21 Noviembre 2016. De: http://www1.monografias.com/trabajos15/derecho-ciudadano/derecho-ciudadano.shtml.
      País, E. (2016). Tribuna | Los cauces de participación ciudadana. EL PAÍS. Acceso el 21 Noviembre 2016. De:  http://elpais.coParticipación y democracia. (2016). eldiario.es. Retrieved 21 November 2016, from http://www.eldiario.es/canariasahora/canariasopina/Participacion-democracia_6_518358163.htmlm/diario/1985/07/12/espana/489967211_850215.html.
      Participación y democracia. (2016). eldiario.es. Acceso el 21 Noviembre 2016. De: http://www.eldiario.es/canariasahora/canariasopina/Participacion-democracia_6_518358163.html.

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